Un Quijote desquiciado, un caballero sin cabeza, zombis en una aldea de Castilla y saltos à la Super Mario Bros. entre aspas de molino. Maldita Castilla mezcla la esencia de los videojuegos de la segunda mitad de los ochenta con la novela caballeresca, los cantares de gesta y la tradición castellana. Y lo hace estupendamente. Y es gratis. A partir de este punto, tienes dos opciones: la buena es dejar de leer, descargarlo inmediatamente y ponerte a jugar; la otra, algo peor, es seguir leyendo.
El héroe anónimo detrás de esta joya es el creador malagueñoLocomalito. “He echado en falta juegos como Ghosts ‘n’ Goblins, así que me he decidido a hacer uno yo mismo”, confiesa en su página web. Ha tardado casi dos años en terminarlo y se ha encargado de todo el desarrollo del juego salvo la música, que va firmada por Gryzor87.
Maldita Castilla homenajea al clásico para máquinas recreativas de Capcom (los controles y muchas de las armas que usa el personaje son calcados), pero el propio autor reconoce la influencia de otros videojuegos como Shinobi o Black Tiger. Pero, ante todo, Locomalito subraya que su juego es una reverencia al “mejor libro de caballería de todos los tiempos: El Amadís de Gaula”.
Lo cierto es que los guiños de Maldita Castilla a la literatura medieval castellana y la novela de caballería son constantes. Don Ramiro, el protagonista, es una mezcla entre el Sir Arthur de Ghosts ‘n’ Goblins y Don Rodrigo Díaz de Vivar que sirve al rey Alfonso VI del Reino de Castilla en la ciudad de Tolomera del Rey.
El Quijote también está muy presente. De hecho, uno de los enemigos finales del juego es una versión chiflada del personaje de Cervantes. Otro de los enemigos, una especie de quimera apoyada en un crucifijo que lanza fuego por la boca, es una interpretación algo libre de una frase de Sancho en Don Quijote de La Mancha: “detrás de la cruz está el diablo y no es oro todo lo que reluce”.
Corto pero intenso
El juego dura algo menos de una hora si consigues pasarte sus seis niveles y catorce enemigos finales del tirón y sin que te maten. Es decir, el juego dura una hora si tienes los reflejos de un Jedi y la agilidad dactilar de un taquígrafo del parlamento argentino. Para el resto de los mortales, completarlo por primera vez puede llevar un buen puñado de horas, muchos ‘continues’ gastados y algún teclado roto por la furia. A Locomalito le van los juegos difíciles.
De hecho, el final del juego varía en función de la pericia del jugador. Los que consigan pasárselo en 35 minutos verán un desenlace, los que se lo pasen con un solo crédito tendrán uno distinto, los que lo hagan en cuatro ‘continues’ verán otro y los jugadores torpones que no consigan ninguna de las hazañas anteriores tendrán el suyo.
Locomalito no se dedica profesionalmente al desarrollo de videojuegos, pero cuida sus obras con tanto mimo como las grandes compañías. Incluso más. En los últimos cuatro años ha publicado ocho juegosmodestos, pero de altísima calidad, todos ellos rindiendo homenaje a viejas glorias de los ordenadores y las recreativas de los ochenta. Maldita Castilla no es una excepción. Al contrario: demuestra una vez más por qué hay que tener bien vigilado a este creador enmascarado.
Fuente: http://noticias.lainformacion.com
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