Aunque tenemos muchas cosas en común con los griegos hay costumbres verdaderamente extrañas para nosotros por ejemplo cómo decir NO y SI con la cabeza.
¿Pero por qué enseñar la palma de la mano en Grecia es algo ofensivo?
Los orígenes de la muntsa se remontan al Imperio Bizantino (330-1453 d.C.). Según la tradición, los acusados de cometer faltas leves eran subidos a un burro y, con las manos atadas, eran paseados por la ciudad para ser avergonzados. Los ciudadanos -y a veces también los jueces- se manchaban las palmas de las manos con ceniza, hollín, barro o incluso excrementos de animales, y después las restregaban por la cara del acusado para dejarlo marcado y humillarlo públicamente.
El gesto de acercar la palma de la mano a la otra persona quedó en la historia como símbolo de humillación y castigo. Y por eso la muntsa es tan ofensiva para los griegos, porque es como si ensuciáramos la cara de esa persona y la despreciáramos.
Ahora entendemos mejor por qué los griegos usan la muntsa cada vez que se manifiestan contra los políticos. En esta de 2011, miles de griegos la hicieron frente al Parlamento Griego al grito de «κλέφτες!» (¡ladrones!):
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